Crucial trabajar en la renegociación del T-MEC
La globalización ha facilitado niveles de inversión y comercio sin precedentes; sin embargo, los riesgos geopolíticos alteran cada vez más el intercambio entre países. Si bien, la globalización fomenta la integración económica y la expansión del comercio, las tensiones geopolíticas con frecuencia generan disrupciones en los flujos comerciales y los mercados. Incluso, eventos impredecibles como el COVID-19, causan graves consecuencias a las cadenas globales de valor.
Aunado a esto, las restricciones comerciales como las medidas de control de exportaciones, importaciones, cuotas o sanciones se han quintuplicado en los últimos años, pasaron de 524 en 2015 a 3,000 en 2023, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
Nos encontramos en un entorno geopolítico complejo que ha puesto en el centro del debate los resultados de la globalización, por cierto, algunos especialistas refieren que estamos al borde de la desglobalización; aunque, si bien los hilos que unen a la economía global se han desgastado en los últimos años, la evidencia demuestra que el intercambio transfronterizo sigue creciendo.
Basta apuntar que la Organización Mundial de Comercio prevé que la transacción de bienes repunte este año, tras una contracción registrada en 2023. De hecho, señala que las tensiones geopolíticas han afectado marginalmente los patrones comerciales, pero no han desencadenado una tendencia sostenida hacia la desglobalización.
Entonces, ¿qué está pasando?, a partir de la disrupción de las cadenas globales de valor y el crecimiento de China, que hoy produce una tercera parte de las manufacturas que consume el mundo, las principales economías y empresas del planeta se dieron a la tarea de regresar sus operaciones a los grandes centros de consumo.
Precisamente, la nueva reconfiguración de la producción manufacturera y la geopolítica están abriendo una ventana de oportunidad para las economías emergentes y México puede ser uno de los ganadores. Nuestro país, con sus limitantes, es una economía abierta al mundo, en 2023 las ventas al exterior representaron poco más del 39% del PIB nacional. Entre los principales productos que exportamos destacan los automóviles, máquinas automáticas de procesamiento de datos, autopartes, vehículos de carga y, aceites y petróleo.
Nos hemos consolidado en el mercado norteamericano, en gran medida, gracias al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Tan solo en 2023, superamos a China como el principal proveedor de nuestro vecino del norte. Las exportaciones mexicanas alcanzaron los 475 mil 606 millones de dólares, un aumento del 4.6% en comparación con 2022. En contraste, las ventas chinas disminuyeron 20%, al ubicarse en 427 mil 229 millones de dólares.
Aun así, México tiene enfrente varios retos para aprovechar mejor las oportunidades comerciales que se vislumbran en los próximos años. Son diversos los rubros que tenemos que fortalecer, entre ellos el Estado de derecho. Por otra parte, hay temas como la política energética, el maíz transgénico, la industria automotriz, y el aluminio que han generado diferencias en los países miembros del T-MEC. Además, la migración, la seguridad, el cambio climático, la solución de disputas y el papel de China, son asuntos recurrentes en la agenda pública de nuestro vecino del norte.
Tenemos la oportunidad de consolidar a México como el gran proveedor de Norteamérica, pero primero debemos superar la revisión del T-MEC en 2026. Sin duda, un tema crucial para nuestra economía, por ello la trascendencia de adelantarnos y que los Gobiernos federal y estatales, el sector productivo y especialistas en la materia, caminen de la mano para identificar los puntos críticos y tracen un plan estratégico de intervención.
A diferencia de la negociación pasada, podemos afrontar con éxito la incertidumbre y pensar en el fortalecimiento de nuestras empresas en las cadenas de valor, sobre todo las PyMES, atraer más inversiones productivas por la relocalización, formar capital humano altamente capacitado, incursionar en la producción de alta tecnología y, por supuesto, planear polos de desarrollo en los estados y generar prosperidad compartida.
rmr
