Contradicciones de la 4-T

Contradicciones de la 4-T

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Entre la matemática imposible y la justicia selectiva

La obstinación del régimen morenista en aferrarse al poder solamente genera contradicciones y abusos cada vez más graves. Analicemos tres realidades que Morena intenta ocultar tras cortinas de humo y narrativas prefabricadas, en lugar de resolver la problemática.

1) Las trabas al derecho de manifestación: El nerviosismo del poder

Las recientes movilizaciones evidencian que la ciudadanía sigue siendo una fuerza democrática legítima. Sin embargo, la respuesta del régimen ha sido descalificar, ridiculizar y etiquetar.

Los movimientos de transportistas y agricultores son sectores afines al gobierno, que ahora salen a protestar por inseguridad en carreteras o precios justos para el campo. Con ello, la narrativa oficial se tambalea.

La estrategia ha sido intentar desmontar las movilizaciones con narrativas falaces. Nos han llamado "neoliberales", "conservadores" y nos han etiquetado con adjetivos clasistas y generacionales. Las movilizaciones oposicionistas en el Zócalo les generan nerviosismo. Saben que, cuando la ciudadanía se organiza genuinamente, sin acarreos ni pagos, el mensaje es mucho más poderoso que su propaganda.

2) Física, lectura y matemáticas: la imposibilidad del Zócalo

El pasado 6 de diciembre, la presidenta Claudia Sheinbaum afirmó ante el país que más de 600 mil personas se congregaron en el Zócalo para celebrar los siete años de la 4T. Hagamos un ejercicio simple de matemáticas, esas que, al parecer, en el nuevo modelo educativo no se están enseñando correctamente.

El Zócalo de la Ciudad de México mide 240 metros de ancho por 240 metros de largo, lo que nos da un total de 57 mil 600 metros cuadrados. La plancha central mide 46 mil 800 metros cuadrados. Si aplicamos el estándar internacional de saturación de 4 personas por metro cuadrado en una concentración masiva, la capacidad máxima del Zócalo es de 187 mil 200 personas. Incluso siendo muy generosos y considerando los alrededores inmediatos, llegaríamos, en el mejor de los casos, a unas 250 mil personas.

¿600 mil personas? Imposible. A menos que la 4T haya descubierto una nueva dimensión espacial que desconoce la física contemporánea. La conclusión es categórica: la mentira sistemática es su forma de gobernar. Y aquí conectamos con el otro gran problema: la crisis educativa que permite que estas mentiras pasen desapercibidas para una población con déficit formativo.

El fracaso del modelo educativo. Los Ejercicios Integradores de Aprendizaje, del modelo educativo de la 4T, han revelado resultados desastrosos. Recordemos el escándalo: solo 1 de cada 10 estudiantes de segundo de secundaria sabe calcular el perímetro de un polígono. Quieren una población incapaz de cuestionar las cifras oficiales, de analizar los datos y de detectar las mentiras, como la del Zócalo. La mentira como forma de gobernar y la importancia de no contar con una población educada son dos caras de la misma moneda autoritaria.

3) Justicia selectiva: El oportunismo político disfrazado de combate a la corrupción

El tercer tema es el uso político de la justicia. La detención de exgobernadores de oposición se ha convertido en un patrón sistemático durante la 4T. Actualmente, existen cinco exgobernadores priistas presos. No cuestiono que muchos de estos casos sean legítimos, sino la selectividad flagrante en la aplicación de la justicia.

Mientras se persigue con todo el peso de la ley a gobernadores de oposición, morenistas con presuntos delitos documentados por periodismo de investigación no enfrentan proceso alguno; incluso algunos fueron premiados con consulados, diputaciones o direcciones.

¿Dónde está la justicia para Rutilio Escandón, Cuauhtémoc Blanco, Cuitláhuac García, Alfonso Durazo o Adán Augusto López? La justicia no puede ser un arma política que se activa o desactiva a conveniencia del partido en el poder. Es una vieja práctica que tanto criticaron, que ahora replican con mayor cinismo.

Las mentiras en las cifras, el deterioro educativo sistemático y la justicia selectiva no son problemas aislados: son síntomas de un régimen que teme a los ciudadanos. La transformación que México necesita no vendrá de un partido que reproduce las peores prácticas del pasado. La verdad, más allá de las cifras oficiales, es que México merece estar mejor. Y ese México mejor lo construiremos entre todos, con honestidad, educación y justicia real.

¡Michoacán merece una Revolución Institucional y Social!

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El autor es abogado, activista social, defensor de derechos humanos de víctimas, diputado local y presidente del PRI en Michoacán

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