Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- El pie diabético que afecta del 8% al 15% de las personas con esta enfermedad, puede derivar en úlceras crónicas, infecciones severas e incluso amputaciones, si no se detecta y atiende a tiempo.
Se trata de una combinación de daño neurológico (neuropatía) y mala circulación sanguínea (enfermedad vascular periférica), que afecta principalmente a las extremidades inferiores. Los primeros síntomas incluyen hormigueo, ardor, manchas oscuras y sequedad en la piel de los pies.
Entre las causas más comunes del empeoramiento están el uso de calzado inadecuado, la falta de higiene, el mal control de la glucosa y la automedicación.
“El pie diabético no aparece de un día para otro; se desarrolla por años de descuido”.
Revisión diaria
Observar toda la superficie del pie, incluidos talones y entre los dedos.
Usar un espejo si es necesario.
Higiene e higiene podológica
Lavar con agua tibia y secar bien, sin dejar humedad entre los dedos.
Cortar las uñas rectas, sin redondear esquinas.
Calzado correcto
Evitar sandalias abiertas o zapatos con costuras internas.
Renovar el calzado cada 6 a 12 meses.
Control de glucosa
Revisar niveles de azúcar y hacerse pruebas de hemoglobina glucosilada cada 3 a 6 meses.
Revisiones médicas periódicas
Acudir al podólogo o médico al menos dos veces al año, incluso sin síntomas visibles.
Si hay heridas que no sanan en dos semanas, cambios de color (rojo, negro o morado), infecciones en uñas o mal olor persistente, es fundamental acudir al médico de inmediato.
RPO