Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- La única forma de competir con Morena en 2027 será mediante una gran alianza opositora construida con tiempo y bajo consensos reales, opina el dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Guillermo Valencia Reyes; asegura que su partido está dispuesto a dialogar con el PAN, Movimiento Ciudadano e incluso con el alcalde independiente de Uruapan, Carlos Manzo, para alcanzar acuerdos, aunque advierte que “no se puede construir en la improvisación ni a última hora”.
El priista considera que la oposición no debe limitarse a la confrontación discursiva, sino construir una alternativa real de gobierno. “Más que una cuestión ideológica, se trata de cuidar la democracia y las instituciones”. Para el dirigente priista, el reto no es solo electoral, sino ético: ofrecer a la ciudadanía un proyecto que recupere la confianza en los partidos tradicionales y defienda la legalidad frente a lo que considera un ejercicio de poder autoritario.
Sobre la posibilidad de ir en alianza, Guillermo Valencia explica que el PRI se prepara para contender en solitario, pero mantiene abierta la puerta al diálogo. “Donde ganamos fue por los votos del PRI, sin alianzas, pero si queremos recuperar la gubernatura, tenemos que sumar esfuerzos”, apunta. Su visión parte de un cálculo estratégico: los votos duros del PRI y del PAN, más un perfil competitivo, podrían consolidar una fórmula ganadora.
En ese escenario, el dirigente menciona la figura del presidente municipal de Uruapan, Carlos Manzo, como un actor relevante que ha cobrado notoriedad en el estado. Reconoce que Manzo tiene liderazgo y una base social fuerte, pero considera que una candidatura independiente no tendría posibilidades reales de triunfo sin la estructura de los partidos. “Si quiere ser gobernador, la ruta no es la independiente, es la de una coalición amplia”, señala.
Guillermo Valencia también lanza una crítica al papel de Movimiento Ciudadano, al que acusa de favorecer indirectamente al oficialismo al negarse a sumarse a los bloques opositores. “MC debe definir si es realmente opositor o si su papel es dividir a la oposición”, advierte, insistiendo en que la fragmentación electoral solo beneficia a Morena.
El dirigente del PRI asegura que en Michoacán se requiere un acuerdo político de largo alcance que incluya no solo candidaturas, sino compromisos legislativos y de gobernabilidad. “No basta con ganar la elección; hay que cuidar el resultado y equilibrar el Congreso”, afirma, subrayando que una alianza que no contemple la construcción de mayorías legislativas estaría condenada a la parálisis.
En cuanto al proceso de reorganización interna del tricolor, Guillermo Valencia explica que ya han iniciado la renovación de comités municipales y una depuración profunda de su padrón de militantes, con el propósito de estabilizar la estructura interna y preparar el terreno para el siguiente proceso electoral. “Hoy el PRI está en una etapa de revitalización y reconstrucción”, afirma, convencido de que el partido debe presentarse ante la sociedad con nuevos cuadros y sin las prácticas del pasado.
El dirigente sostiene que su partido ya superó la fase más crítica de su historia reciente. “El PRI tocó fondo hace tiempo”, señala, al recordar que la fuga de liderazgos hacia Morena, lejos de debilitarlo, le permitió limpiar su imagen y deshacerse de los viejos vicios. “Los más corruptos del PRI ya están en Morena”, sentencia, al insistir en que hoy el tricolor debe apostar por un proyecto social y congruente.
Sobre la situación actual del Congreso local, el también legislador critica el incremento presupuestal del 22 % aprobado recientemente, al que califica como “un atraco”, y sostiene que la oposición debe diferenciarse también en el manejo del gasto público. “Somos el Congreso más caro del país y eso es injustificable”, denuncia, al tiempo que señala la necesidad de fortalecer áreas sensibles como la Fiscalía General del Estado y la Comisión Estatal de Atención a Víctimas.
En un panorama donde Morena mantiene el control político y la oposición busca recuperar presencia territorial, Guillermo Valencia plantea un mensaje que resume su estrategia: el futuro de Michoacán dependerá de la capacidad de la oposición para llegar a acuerdos, definir un proyecto común y actuar con congruencia. La elección de 2027, dice, no será solo una disputa por la gubernatura, sino una prueba de madurez política.
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