Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Durante su reciente visita a Estados Unidos, el presidente ruso Vladimir Putin fue acompañado por un equipo de seguridad encargado de una misión inusual: custodiar una maleta con su propia materia fecal.
Este protocolo de “seguridad médica” implementado por el Kremlin no es nuevo, pero ha generado revuelo en medios internacionales que confirmaron que el mandatario ha seguido esta práctica en países como Francia, Arabia Saudita y ahora Estados Unidos.
El operativo, ejecutado por el Servicio Federal de Protección de Rusia (FSO), tiene un solo objetivo: evitar que gobiernos extranjeros analicen las heces del presidente y obtengan información sensible sobre su estado de salud. En un contexto geopolítico marcado por la guerra, sanciones y aislamiento internacional, incluso un diagnóstico clínico podría tener consecuencias estratégicas.
Aunque el Kremlin ha negado reiteradamente cualquier enfermedad, desde hace años circulan rumores sobre la salud de Putin, de 72 años, que incluyen posibles padecimientos como Parkinson, cáncer e incluso trastornos digestivos. Ninguno ha sido confirmado oficialmente.
De acuerdo con expertos médicos, una muestra de heces puede revelar mucho más que una simple infección. A través de este tipo de análisis es posible detectar tumores gastrointestinales, inflamaciones intestinales crónicas como colitis o enfermedad de Crohn, malabsorción de nutrientes, hemorragias internas e incluso ciertos tipos de cáncer.
Además, pruebas como la de sangre oculta en heces tienen una eficacia similar a la colonoscopía para detectar cáncer de colon. Por ello, esta práctica de recolección de excrementos no es un acto excéntrico, sino una estrategia de protección altamente deliberada.
“Una evacuación intestinal adecuada es clave para la salud”, afirman especialistas. Cambios en el color, forma o consistencia de las heces —como heces negras, aceitosas, en forma de lápiz o en forma de piedras— pueden alertar sobre padecimientos que comprometen la salud del tracto digestivo o el sistema nervioso.
En la reciente cumbre celebrada en Alaska entre Putin y el presidente Donald Trump, personal ruso fue visto transportando la ya famosa maleta, según reportes de The Express US. Aunque la imagen pueda resultar insólita, el trasfondo es claro: la salud del líder ruso es un asunto de Estado y su opacidad forma parte de su estrategia política.
La práctica es una extensión de la narrativa construida alrededor de Putin como símbolo de fuerza, control y resistencia. En un régimen donde la imagen lo es todo, incluso los desechos corporales deben ser protegidos como secreto de Estado.
RPO