Morelia, Michoacán (MiMorelia.com/Luis Nieto).- Linda Patricia se llama la mujer. Estuvo mucho tiempo dentro y se negaba a aceptar otra forma de vida.

Según la policía, esta mujer tuvo una respuesta bastante extraña ante las circustancias. Capaz de gozar de una libertad aparentemente total, la ex reclusa decidió volver a su hogar de cemento, rejas, guardias y reclusas.

Estos sucesos pasan pocas veces, pero siempre tienen un trasfondo triste para el criminal.

Al salir de su primera condena, Linda Patricia no encontró una mejor vida. Al contrario, no pudo hacerse de un hogar fijo y el refugio para desamparados al que tuvo que acudir, siempre estaba lleno de filas inmensas que la hacían perder todo el día. Además que de contó a la policía que la habían golpeado en el cráneo días atrás.

Así que maquiló una idea distinta: asegurarse una cama fija, sus comidas al día y un entorno en donde no pasara frío ni soledad. La única opción se veía tentadora y cuestionable: regresar a la cárcel a cosa de lo que sea.

Se plantó fuera de un pequeño banco en Wyoming y después de mirar fijamente la puerta, entró a robarlo. Todo salió bien y cuando salió por esa misma puerta con montones de billetes, se sentó en las escalinatas, tiró todo al piso y esperó a que los policías se hicieran cargo de todo.

Linda Patricia espera su anhelado juicio por robo de banco y no está preocupada ni siquiera por conseguir un abogado. Al parecer, la mujer verá cumplido su anhelo de dormir segura.