Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Como parte de una estrategia contra la corrupción y la delincuencia organizada, este lunes fueron destruidas 780 máquinas tragamonedas en un evento realizado en el estacionamiento del estadio "Morelos". Autoridades estatales y federales destacaron que estos dispositivos, comúnmente utilizados en mini casinos clandestinos, representan un riesgo para la seguridad y el bienestar social.
El fiscal general de Michoacán, Adrián López Solís, informó que la destrucción de estas máquinas es resultado de diversos cateos realizados en coordinación con fuerzas de seguridad federales y estatales. Explicó que, hasta la fecha, la Fiscalía ha asegurado un total de mil 105 tragamonedas, pero solo 780 pudieron ser destruidas en esta jornada debido a la necesidad de agotar ciertos procesos legales antes de proceder con el resto.
"El aseguramiento de estos artefactos ha sido posible gracias a un esfuerzo conjunto entre el Ejército, la Guardia Nacional, la Fiscalía General de la República, la Secretaría de Seguridad Pública y autoridades municipales de Morelia, Uruapan, Lázaro Cárdenas, Zamora, Maravatío, Zitácuaro y Apatzingán", detalló López Solís.
Por su parte, Juan Carlos Oseguera, representante de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), enfatizó que las máquinas tragamonedas no solo fomentan la ludopatía, sino que también están ligadas a la delincuencia organizada.
Dijo que estos juegos han atrapado silenciosamente a niños, adolescentes y jóvenes en una dinámica que los puede llevar a robar, estafar o incluso involucrarse en actividades ilícitas para financiar su adicción. Señaló que además, detrás de su operación se esconde una red criminal que no solo maneja estos dispositivos de manera ilegal, sino que también está vinculada con el tráfico de drogas y otros delitos, afirmó.
Por su parte, el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, recordó que la primera carpeta de investigación relacionada con extorsión vinculada a las máquinas tragamonedas se abrió el 11 de septiembre de 2023. Desde entonces, se han decomisado más de 2 mil 500 máquinas en municipios clave como Morelia, Uruapan, Zitácuaro, Zamora, Lázaro Cárdenas, Apatzingán y Maravatío.
Aseguró que el mensaje era claro, que en Michoacán no hay espacio para quienes lucran con la vulnerabilidad de las personas, adelantando que estas máquinas no son simples juegos de azar, sino que son herramientas de destrucción social que financian redes criminales y fomentan la violencia en las calles, concluyó Ramírez Bedolla.
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