Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Por primera vez María Teresa Espinoza y Teresa Ramírez, madre e hija, acudieron a una manifestación del 8M en el centro de Morelia; fue la primera vez, pero el significado lo tuvieron claro en cada paso: la exigencia de justicia a las mujeres víctimas de algún delito de género.
María Teresa tiene 62 años, empuja a su madre de 92 años en su silla de ruedas a lo largo de la avenida Madero. Ambas describen su presencia en la marcha del 8M como una experiencia llena de paz y adrenalina. Aprenden rápidamente las consignas feministas, mientras son acuerpadas por las hijas de María Teresa, dos mujeres que las animaron a acudir.
"Es la primera vez. Mis hijas han venido en otras ocasiones, pero hoy me motivó porque es pura paz, es muy pacífica. Siento la adrenalina al 100%, me enchina la piel esto, porque si no se grita, se queda uno callado, no se resuelve nada de por sí".
La mujer reconoce haber visto la violencia que vivió su madre, hechos que superó, pero que se repitieron en sus vecinas y familiares, pues en México, 7 de cada 10 mujeres reconocieron haber vivido algún tipo de violencia a manos de un hombre, según datos del Inegi.
Mientras, en su silla de ruedas, pero al ritmo de los gritos de la manifestación, Teresa a sus 92 años llama a las mujeres a cuidarse a sí mismas, reconociendo la delincuencia y violencia como una realidad para las morelianas, y advierte, el próximo año estará presente en el 8M.
-¿Vendría el siguiente año, señora Teresa?
-Si vivo, ojalá que sí. Si Dios me da licencia porque ya tengo mucho de vida. Ojalá que sí.
RYE