Por Alfredo Martínez
Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- A las 13:05 horas del 19 de septiembre del 2022, un sismo con epicentro a 61 kilómetros al sur de Coalcomán, de magnitud 7.7, se dejó sentir con múltiples daños a inmuebles y carreteras de aquella región de la costa sierra michoacana y cercanías. Es algo de lo que pueden provocar tales eventos, aunque por fortuna esa ocasión no hubo decesos en territorio estatal.
Ante esa situación, y como los temblores no se pueden predecir, el especialista de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), Ángel Figueroa Soto, afirmó que la sociedad debe estar siempre preparada en ese sentido, pero también la academia debe hacer trabajos de investigación en el tema, y no dejarle todo a las autoridades.
Michoacán es un estado activo sísmicamente. Por ejemplo, convergen las placas tectónicas de Cocos y Norteamericana e igual existen áreas de muchas fallas geológicas, y una parte donde se generó un enjambre sísmico. Temblores grandes se han originado desde su territorio, como el que causó mayores pérdidas humanas y en infraestructura en México, el del 19 de septiembre de 1985, de magnitud 8.1, en La Mira, Lázaro Cárdenas.
Y el referido del 19 de septiembre del 2022, que presentó una profundidad de 12 kilómetros, tras el cual resultaron afectadas 331 escuelas de nivel básico a superior, principalmente en los municipios de Aquila, Chinicuila, Coahuayana, Coalcomán y Apatzingán, que recibieron declaratoria de desastre natural. Igual planteles de Zamora y Chilchota. Presentaron desde grietas, cristales rotos, techumbres afectadas, muros de aulas fracturados, estructuras de trabes y columnas perjudicados, hasta bardas colapsadas. 71 requirieron rehabilitación y reconstrucción.
De igual manera, al menos mil 743 viviendas de los cinco municipios con declaratoria de desastre, de las cuales unas 463 presentaron pérdida total.
Además, 14 hospitales tuvieron daños estructurales, entre otros el Hospital Comunitario de Maruata, Centro de Salud de Aquila, Hospital General de Apatzingán, Hospital Militar de Apatzingán, el IMSS Coalcomán, Hospital de Coahuayana, y el Hospital del ISSSTE de Uruapan.
Se ocasionaron más de 200 derrumbes en la carretera costera, incluida la Tepalcatepec-Coalcomán-Aquila.
Algunas averías se agudizaron con el movimiento sísmico de magnitud 6.9, también originado en Coalcomán el 22 de septiembre de ese 2022, a la 01:16 de la mañana.
El costo económico para las autoridades de los tres niveles de gobierno y familias fue grande.
La sociedad debe hacer su trabajo
Respecto a lo que puede hacer la sociedad frente a eventos de ese tipo, el Investigador de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación -antes Conacyt-, adscrito al Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Tierra (INICIT) de la Casa de Hidalgo, planteó que debe trazarse un plan familiar sobre qué hacer cuando suene la alerta sísmica o se presente el sismo, como guardar en una maleta documentos importantes y ver previamente por dónde salir de las viviendas.
Igual en escuelas y centros de trabajo conocer previamente cuáles son las zonas seguras para desalojar los inmuebles; un lugar dónde reunirse, ya que las líneas de móviles y de energía eléctrica pueden fallar.
Participar en simulacros de sismos, como el programado en México para el próximo 29 de abril, a las 11:30 horas, tiempo del centro, con una hipótesis de magnitud 8.1 y epicentro en el golfo de Tehuantepec, que para Michoacán estima un impacto moderado.
Y otras medidas preventivas, entre ellas conocer la zona donde pretendan edificar sus viviendas, para saber si es de riesgo sísmico, por la composición del suelo.
Hacen falta mapas de riesgo sísmico y más estaciones sismológicas en Michoacán
Por parte de la academia, Figueroa Soto manifestó que en Morelia realizan, en conjunto con otros especialistas nicolaitas, investigaciones para ver cómo responde el suelo al paso de las ondas sísmicas.
De igual manera, añadió, participan actualmente en un trabajo sobre los periodos de recurrencia de los movimientos telúricos en la entidad, de magnitud 6 o más, donde en la zona de fallas de Pátzcuaro-Acambay son periodos muy largos, desde 3 mil, hasta 6 mil e incluso cada 11 mil años.
Pero en la costa y la parte intermedia entre ésta y la del enjambre sísmico, “tenemos que ocurren más o menos cada 20 años, 28 años, dependiendo de la magnitud. Sí es sísmicamente más activa la zona costera michoacana, y siempre hay que tener mucha precaución con esto, pero no quiere decir que los sismos van a ocurrir exactamente cada 20 años, todavía la sismología no llega a hacer predicción sísmica, eso no lo podemos hacer, pero sí podemos aproximarnos estadísticamente sobre cada cuánto ocurren”, sostuvo en entrevista con este medio.
También refirió la importancia de realizar, desde la investigación y coordinados con autoridades, mapas de zonas de riesgo por sismos en varias ciudades de Michoacán, a fin de conocer cuáles son más propensas a registrar daños por tener suelos arenosos, por ejemplo.
Se necesita instrumentar al estado con estaciones sismológicas para monitorear los movimientos telúricos. En Lázaro Cárdenas, dijo, se requiere una permanente, pues es de las de mayor sismicidad. Como INICIT cuentan con algunas temporales y otras permanentes, caso de la de Tacámbaro. Además, el Servicio Sismológico Nacional (SSN) tiene varias.
Mientras en la zona de los enjambres sísmicos, donde están los municipios de Peribán, Los Reyes, Nuevo San Juan Parangaricutiro, Paracho, Cherán, se encuentra en operación una Red de Monitoreo Volcánico, para investigar y prevenir riesgos en aquella región, parte del Campo Volcánico Michoacán-Guanajuato. En trabajos entre el propio INICIT y el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).
¿Por qué a veces no sentimos los sismos?
En el primer trimestre de 2025 el SSN registró, preliminarmente, 848 sismos con epicentro en Michoacán. La mayoría no se percibieron; sólo 46 tuvieron magnitud de 4 a 4.9, ninguno de 5 y sólo uno de 6.1, originado en Coalcomán el pasado 12 de enero, el más grande a nivel nacional hasta el momento.
Al respecto, Figueroa Soto señaló que la magnitud en los temblores es la energía que liberan los mismos, la cual viaja en todas direcciones y conforme avanza disminuye, se dispersa y no puede llegar muy lejos, de tal forma que no siempre son advertidos por las personas.
Mientras la intensidad sísmica depende del lugar donde nos encontremos en el momento del evento. Si el suelo es arenoso se sentirá más que si es de roca, por eso en una misma ciudad algunas personas sí reparan en esos movimientos y otras ni se enteran.
Otro factor es la profundidad. "Por ejemplo, en los sismos de Peribán-Los Reyes, zona de los enjambres sísmicos, algunos ocurrieron hasta el norte de Morelia, porque me tocó analizar algunos de ellos y la gente los sintió, y también es porque los sismos tienen muy poquita profundidad, entonces al estar muy cerca de la superficie se sienten más, aunque sean de magnitud pequeña", puntualizó el entrevistado.
rmr