Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).-En el marco de la primera capacitación encabezada en Michoacán por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), el auditor superior del estado, Marco Antonio Bravo Pantoja, destacó que actualmente se vive una nueva etapa en la fiscalización: una donde hacer las cosas bien no solo es deseable, sino un deber ético y público ineludible.
Durante el evento, realizado en la capital michoacana, Bravo Pantoja subrayó que “prevenir la corrupción no es una opción, es una responsabilidad ética y pública”, una afirmación que marcó el tono de su participación frente al gobernador, Alfredo Ramírez Bedolla, autoridades estatales y representantes de la ASF, encabezados por su titular, David Rogelio Colmenares Páramo.
En su mensaje, el auditor michoacano resaltó que esta visita oficial no solo representa un hecho inédito para la entidad, sino también un paso significativo hacia la consolidación de un modelo preventivo de fiscalización, basado en la capacitación constante y la colaboración interinstitucional.
“El acompañamiento y la formación de los servidores públicos son la mejor defensa contra la corrupción”, enfatizó, al tiempo que detalló los esfuerzos coordinados con las Secretarías de Finanzas, Comunicaciones y Obras Públicas, y la Contraloría estatal, para reforzar los mecanismos de control interno y profesionalización.
Bravo Pantoja hizo hincapié en que la fiscalización moderna no consiste únicamente en sancionar, sino en orientar, construir y blindar las instituciones a través de la prevención, lo que —dijo— representa un cambio profundo en la cultura del servicio público.
Asimismo, mencionó que Michoacán ha sido reconocido por la ASF por sus avances en el manejo de la cuenta pública, y aseguró que el estado “está cambiando, porque aquí se hacen las cosas de manera diferente”.
Como parte de esta transformación, anunció que se ha enviado al Congreso local una iniciativa de reforma para incorporar herramientas de fiscalización digital, con el objetivo de hacer más ágiles y eficientes los procesos de revisión del gasto público.
Finalmente, el titular de la ASM reiteró que el reto no es menor y exige una “revolución de convicciones”, que permita consolidar una gestión pública sensible, honesta y transparente, al servicio de la ciudadanía.
mrh