Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- A casi cuatro décadas del crimen que conmocionó a la relación bilateral entre México y Estados Unidos, fiscales estadounidenses reiteraron que Rafael Caro Quintero sigue siendo candidato a la pena de muerte, acusado del secuestro, tortura y asesinato del agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena, en 1985.
Durante la audiencia celebrada en una corte federal de Nueva York, el narcotraficante no estuvo presente, pero fue representado por su abogada Elizabeth Macedonio. En el recinto sí acudió su sobrino, Ismael Quintero, y seis agentes de la DEA ocuparon las primeras filas, en contraste con una audiencia anterior con mayor presencia de oficiales.
Rafael Caro Quintero enfrenta cuatro cargos en Estados Unidos: liderar una empresa criminal continua, conspiración de asesinato, distribución internacional de narcóticos y uso ilegal de armas para fomentar el narcotráfico.
Según el Departamento de Estado de EU, el asesinato del agente Camarena fue motivado por su supuesta responsabilidad en el aseguramiento del rancho “El Búfalo” en Chihuahua, una de las propiedades más lucrativas del narcotraficante.
La nueva audiencia prevista para septiembre será clave para definir si los argumentos de la defensa logran frenar la solicitud de pena de muerte. Mientras tanto, el caso continúa resonando como símbolo de la compleja lucha contra el narcotráfico y la cooperación judicial entre ambas naciones.
RPO