Ciudad de México (MiMorelia.com).- Este 6 de junio, el Movimiento Antorchista Nacional conmemora y rinde homenaje a los Mártires Antorchistas, hombres y mujeres luchadores sociales que han caído a lo largo de 50 años de lucha, víctimas de la represión y de las balas asesinas de fuerzas oscuras que se han opuesto —y se siguen oponiendo— al progreso y desarrollo de los pueblos de México.
“Cada año, con un acto luctuoso, político y cultural, recordamos a nuestros compañeros caídos y retomamos su ejemplo y espíritu de lucha en defensa de los intereses del pueblo pobre de México”, aseguró Homero Aguirre Enríquez, vocero nacional de la organización.
El 6 de junio, Día de los Mártires Antorchistas, es una fecha inolvidable y de reivindicación. Por ello, el próximo domingo 8 de junio, representaciones de mexicanos de todos los estados del país, organizados en las filas antorchistas, se reunirán en Tecomatlán, Puebla —la Atenas de la Mixteca poblana— y, con una marcha luctuosa, visitarán el mausoleo tecomateco donde descansan decenas de luchadores antorchistas. Posteriormente, se realizará un evento político-cultural en el recién inaugurado e impresionante Teatro "Aquiles Córdova Morán", donde se ofrecerá un mensaje a cargo del maestro Aquiles Córdova Morán, líder nacional antorchista, sobre la situación actual y las tareas organizativas del movimiento.
Aguirre Enríquez recordó que, cuando Antorcha nació y emprendió su lucha diaria, los enemigos del progreso y las fuerzas políticas adversas se opusieron a la tarea de educar y organizar al pueblo en busca de un mejor país.
“Ellos quisieron detener al antorchismo con represión y con golpes mortales, como el asesinato. Desde los primeros días de la existencia de Antorcha, muchos luchadores cayeron víctimas de las balas asesinas y de las fuerzas oscuras que se opusieron al progreso de Tecomatlán y de México entero. A pesar de ello, los frutos de su trabajo se ven reflejados en que el Movimiento Antorchista está de pie, más fuerte que nunca y luchando diariamente”.
Las primeras décadas de vida de Antorcha —sobre todo en Tecomatlán— fueron verdaderamente dramáticas y terribles. Ahí perdieron la vida la maestra Clara Córdova Morán y su esposo Gabriel García Hernández, dejando a sus hijos en la orfandad.
“En alguna ocasión, en el municipio hubo hasta tres velorios al mismo tiempo, tras el asesinato de tres luchadores tecomatecos, cuyo único delito fue ser antorchistas”.
Recordó que, para el antorchismo nacional, la inmortalidad reside en la permanencia del recuerdo del personaje que se fue, en la mente de sus hermanos y contemporáneos.
“El que muere por Antorcha no cae, no lo cubren las nieblas del olvido para siempre, no lo oculta el olvido total, que es la más terrible de las muertes. Morir por Antorcha no es morir; morir por Antorcha es vivir. Los mártires antorchistas son como el Cid Campeador, que ganaba batallas aún después de muerto; nuestros mártires siguen ganando batallas por el pueblo trabajador de México”.
Antorcha ha sobrevivido medio siglo y ha crecido hasta contar con una militancia de más de dos millones de agremiados en todo el país. Se ha convertido en la organización más popular y más unida, con objetivos claros y una convicción profunda de su lucha por educar y organizar a los mexicanos, para que —con su unión y gran fuerza social— conquisten el poder político y transformen la situación de miseria y marginación que actualmente vive el país.
“Por eso, no vamos a traicionar nuestros orígenes, no vamos a olvidar a nuestros muertos y no vamos a dejar de celebrar el 6 de junio. Mientras más fuerte sea Antorcha y más arraigo tenga entre el pueblo mexicano, más fuerza tendrá para hacer morder el polvo a sus enemigos históricos e inmediatos. Con más intención y cariño vamos a recordar y seguir el ejemplo de nuestros compañeros que han muerto en aras del gran ideal: luchar por una patria más justa y más equitativa para todos”, finalizó el vocero antorchista, Homero Aguirre.
SHA