“Los niños de Morelia” con Lázaro Cárdenas Archivo General de la Nación/Facebook
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Los Niños de Morelia: El exilio que les arrancó la infancia

Arturo Vázquez

Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Lloraban sus madres en los andenes de la estación Francia, en Barcelona. Era mayo de 1937. Los trenes esta vez no iban a la guerra, como lo haría años después la División Azul en 1941, está vez se dirigían al exilio. A bordo, más de 450 niños españoles —algunos apenas sabían hablar— partían rumbo a México. No huían, los huían. Eran las víctimas más pequeñas de una guerra que les robó el hogar, la familia y el derecho a la infancia.

La edad de los niños variaba entre los 3 y los 15 años, con una gran cantidad de ellos teniendo entre 8 y 12, en su mayoría procedentes de zonas republicanas como Cataluña, Madrid, Valencia y Andalucía. Con el tiempo los llamaron “Los Niños de Morelia”, pero simbolizaban más que eso, ya que eran el rostro más puro del exilio republicano.

No fue una decisión sencilla enviarlos a México. Detrás de ellos quedaban ciudades destruidas por los bombardeos franquistas, calles desoladas por el hambre y padres luchando en las trincheras o encarcelados.

Ante la incertidumbre del conflicto, muchos padres y madres optaron por enviar a sus hijos temporalmente a otro lugar con la esperanza de proteger sus vidas. Sin embargo, esta esperanza resultó ser una promesa vacía para algunos, ya que nunca pudieron regresar.

El gobierno mexicano, en uno de esos destellos de amabilidad hacia el prójimo de otra patria hermana, abrió sus puertas para acogerlos. El presidente Lázaro Cárdenas prometió protección y alimento. Era un acto de amor diplomático en un escenario internacional que les había dado la espalda.

“Los Niños de Morelia” 1937

Mientras Francia e Inglaterra optaban por una neutralidad cobarde, pues recordemos que esto ocurría justo antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial, y Estados Unidos se desentendía del asunto, México se disponía a ser un refugio y una tierra de oportunidades, un papel que ya había desempeñado en el pasado con los españoles durante las migraciones de siglos anteriores.

La escritora Dolores Pla Brugat (1999) lo narra sin concesiones:

Al ser derrotados los republicanos españoles no tuvieron ya oportunidad de regresar y de esta manera se convirtieron en el antecedente de lo que después fue una emigración masiva”
(p.13).

"—¡Que no se vayan mis hijos! ¡Que no se vayan! —" , gritaban los padres arrepentidos. Pero era tarde. Subieron al barco Mexique con una maleta y los más pequeños con una peculiar etiqueta con su nombre pegada en la ropa, las cámaras lograron captar a los niños con el puño en alto. Algunos no sabían leer, otros iban con hermanos menores que apenas caminaban. Viajaron sin saber que estaban protagonizando la primera página de una historia que tardaría años en ser contada.

“Los Niños de Morelia” desembarcando en Veracruz, 1937.

Con promesas comenzó el exilio. Se le dijo que estarían en México unos meses, mientras pasaba “la tormenta”. Nadie imaginó que esa tormenta duraría décadas para la mayoría.

Una vez en Morelia, se les instaló en una escuela-internado, bajo el cuidado de educadores republicanos. La estructura era sólida, pero nada podía reemplazar una cuna ni el amor de madre. Muchos pasaron años sin saber si sus padres estaban vivos o muertos.

… nos libraron de horrores […]. si la guerra civil española se hubiese terminado sin más y nosotros hubiéramos podido volver hubiera sido fantástico. […] pero ellos no pudieron prever que la guerra europea [refiriéndose a la Segunda Guerra Mundial] iba a empalmar prácticamente con la española. Entonces, ya no hubo posibilidad ninguna de volver.”
Francisco González Aramburu, uno de los "Niños de Morelia" (Pla, 1999, p.24)

La historia oficial del exilio español en México se ha contado muchas veces. Se ha celebrado la llegada de poetas, médicos, filósofos e incluso cineastas como Luis Buñuel. Pero los Niños de Morelia —hijos de obreros, jornaleros y costureras— apenas figuraban en esas narrativas. No eran intelectuales, ni fundaron colegios como los ilustres Alfonso Reyes y Daniel Cosío. Solo intentaron sobrevivir.

Lápida de Luis Dader, uno de los niños que murió en Morelia

A kilómetros de casa, crecieron con una identidad dividida entre matices españoles y mexicanos. Cuando finalmente pudieron saber la verdad, muchos descubrieron que sus padres habían muerto en cárceles franquistas y que sus hogares habían sido reducidos a escombros.

Otros —los menos— se reencontraron con sus familias, algunos después de varios años.

La crudeza de la realidad se refleja en la Relación de los alumnos de la Escuela Industrial "España México" del 29 de octubre de 1937. De los 270 niños que albergaba en esos momentos, diez fueron reubicados en la ciudad de México y nueve entregados a familiares.

La tragedia también tocó a la puerta pues el pequeño Francisco Nebot, de apenas 12 años y dos meses después de su llegada a Morelia, falleció electrocutado. Esto dejó a su hermana de 10 años sola, aunque tiempo después fue reunida con su madre.

Lápida del niño Francisco Nebot

Los restos de Francisco descansan en el Panteón Municipal, en una lápida marcada con el símbolo del puño en alto. Un destino compartido con otros pequeños, como Társila García de 11 años, quien también dejó atrás a una hermanita menor. La memoria de estos niños perdidos queda grabada en esas lápidas.

Lápida de la niña Társila García

Este martes 10 de junio de 2025 se conmemoran 88 años de la llegada de los niños españoles a tierras morelianas, un episodio cuyas circunstancias parecen repetirse en un ciclo de eterno retorno que resuena en los miles de pequeños migrantes y refugiados que cruzan fronteras huyendo de la barbarie humana. La historia se “repite” porque no se ha aprendido… el ser humano es el único animal en la creación que tropieza con la misma piedra más de dos veces.

Referencias

Detalle de las “fichas de investigación” que en paquete certificado se remiten al Comité Internacional de la Cruz Roja, Ginebra, con fecha 7 de junio de 1939.

Liste de 290 garcons a Morella, hébergue su Mexique. Liste 856 A. 29 de octubre de 1937. Morelia, Michoacán.

Pla Brugat, D. (1999). Los niños de Morelia: Un estudio sobre los primeros refugiados españoles en México (2ª. Ed.). México: Instituto Nacional de Antropología e Historia/Embajada de España.

Velázquez, A. (2014). “El Proyecto de casas-hogar para los niños de Morelia (1943-1948)”. En: Tzintzun: Revista de Estudios Históricos. Número 59 enero-junio 2014. Morelia, Michoacán: UMSNH/IIH.

AVS

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