Les saludo a todos con mucho cariño y participo de la alegría este 12 de octubre con la canonización de Monseñor Romero y a Canonización de Pablo VI, dos hombres de nuestro tiempo que serán reconocidos como santos dentro de nuestra Iglesia Católica.

Monseñor Romero que fue un obispo en El Salvador, que supo solidarizarse con su pueblo en medio de la guerrilla, en medio de la persecución de la gente, y que finalmente se convirtió en mártir de la fe y que todo su pueblo en El Salvador y Latinoamérica y todos lo que conocemos un poco de su vida nos sentimos estimulados por él para ser discípulos de Cristo y estar dispuestos a dar la vida como testimonio de la fe en Cristo.

También Pablo VI, que fue un papa muy importante en el Vaticano II y que él con su serenidad y prudencia fue haciendo que se implicara la renovación de la Iglesia después del Vaticano II. Con ellos tengamos la certeza de tener grandes intercesores en el cielo, que podemos acudir en nuestra oración a ellos para que intercedan por nosotros y nuestra Iglesia siga con la misión de evangelizar.

Con ellos serán canonizados otros cuatro vetos. La iglesia se enriquecerá con nuevos santos este 4 de octubre. Alegrémonos y demos gracias a Dios. Acudamos a la intervención de estos santos para que sigamos siendo alegres entusiastas, y discípulos de Jesucristo.

R