Me alegra mucho saludarles a todos ustedes, queridos hermanos, hoy sobretodo quiero saludar a los adolescentes y jóvenes que puedan verse incluidos en la oración que el próximo domingo cuarto de Pascua, 25 de abril, tendremos para orar por las vocaciones en el mundo de una manera muy especial, por las vocaciones a la vida consagrada y por la vocación a la vida sacerdotal.
Con esa oración que hace la Iglesia universal por las vocaciones, empezaremos aquí en la Arquidiócesis de Morelia, una campaña de oración que terminará el 31 de julio.
Oremos por las vocaciones. Oremos para que haya muchos adolescentes y jóvenes que se abran a la vocación sacerdotal, a la vocación, a la vida consagrada. Tengamos en nuestra mente, en nuestra oración y pidiéndole a San José que él sea el intercesor por las vocaciones. Esta presencia de José que el Papa hoy nos invita a tener un José que sueña con José, que nos alienta para que desde la sencillez le demos una respuesta al Señor y un José que nos protege y nos custodia en la Iglesia y que protege y custodia la vocación, las vocaciones.
Estemos participando de todas las formas posibles que se nos indicarán a través de la dimensión de vocaciones aquí en la Arquidiócesis.
Participemos en los encuentros semanales que se tienen tanto presencial como virtualmente en el cubo donde se comparten las diferencias, experiencias vocacionales que tenemos entre nosotros y estemos pendientes de todo lo que se va implementando para orar por las vocaciones, para suscitar entre nosotros vocaciones a la vida sacerdotal y a la vida consagrada y para que sepamos darles el acompañamiento pertinente con nuestra oración, con nuestra cercanía, con la participación de los padres de familia, los formadores del seminario y con toda la presencia de la Arquidiócesis de Morelia.
Les saludo con mucho cariño y los bendigo, el Señor se concede la bendición Dios omnipotente, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes o permanezca para siempre. Amén.