Con fecha de 08 de marzo de 2020, se suscitó uno de los más grandes movimientos en la última década dentro del contexto social y político mexicano, el cual trazara una nueva ruta para que el Estado tanto a nivel federal como estatal, juegue un papel activo, para crear sólidos, eficaces e idóneos mecanismo para la adecuada protección de los derechos humanos de las mujeres, en México.
La lucha que han emprendido las mujeres es válida y permisible, pues, están en todo su derecho de salir a la calle, y exigir al Estado en su conjunto, que se pongan a trabajar de manera eficaz. Pues, cabe mencionar que muchas de las atrocidades violatorias de derechos humanos hacia ellas, deriva de las malas decisiones que toman las instituciones o por las omisiones que están hacen.
La justicia en México es algo utópico, por ello, es que existe la desconfianza hacia las instituciones del Estado; ya que, han perdido credibilidad para darle solución a la problemática de la crisis imperante en México en materia de derechos humanos. Por ello, las mujeres al ser un grupo altamente vulnerable, han salido a las calles, para alzar la voz y reclamar al Estado eficaz protección a su esfera jurídica. Cabe señalar que las mujeres son un elemento esencial para el desarrollo y equilibrio del país.
Ante este movimiento que se suscitó el día 08 de marzo de 2020, pudimos observar la materialización en toda su expresión de dos derechos humanos consagrados dentro de la Constitución Política de los Estados Unidos mexicanos, y dentro del Sistema Internacional de los Derechos Humanos. Estos derechos fueron el derecho a la libertad de expresión y libertad de manifestación.
Comisión Nacional de Derechos Humanos, define el derecho a la libertad de expresión, como: la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas, ya sea oralmente, por escrito, o a través de las nuevas tecnologías de la información, el cual no puede estar sujeto a censura previa sino a responsabilidades ulteriores expresamente fijadas por la ley. Es a partir de dicho concepto, que podemos señalar que el movimiento suscitado en día 08 de marzo del presente año, fue un reclamo de que, en México, el ser mujer es vivir un peligro latente, de inferioridad, desigualdad, discriminación y exclusión, en los diversos sectores sociales, por parte del sector masculino.
Estas inconformidades, malestares y exigencias que las mujeres hacen saber al Estado, toman más fuerza cuando son expresadas dentro de las vías o espacios públicos, pero, cabe señalar que hay sectores de la misma sociedad, que no comparten esta postura de reclamo. Señalan que no son los medios o formas para reclamar y exigir al Estado; pues, en muchas de las ocasiones se ven afectados en sus bienes por los sucesos presentados. Entonces, ¿Cuáles son los medios y formas de reclamar al Estado la falta de compromiso para proteger los derechos humanos de las mujeres mexicanas?
Es justificable que exista este malestar por parte de la sociedad, pero, al vivir en un sistema machista, esto es mal visto, y existe mucha resistencia por aceptar el impacto, trascendencia y objetivo que se tiene con el movimiento, pues, cabe mencionar que en pleno 2020, existen mujeres que siguen sometidas a un sistema socio-cultural, de sometimiento por parte del hombre hacia las mujeres. Por ello, existe miedo de apoyar este tipo de movimiento al que se están sumando cada vez más mujeres.
La problemática de la violencia hacia las mujeres, no es un tema nuevo que surgió dentro de la presente administración federal, es un tema que se viene arrastrando desde hace décadas. Por ello, si tratamos de culpar a una administración, estamos pensando mal. Que si bien, no se han tomado las mejores decisiones, no es factor para culpar a una administración. Habrá que estar conscientes de eso, y dejar de lado las corrientes ideológicas políticas.
En México se vive y seguirá viviendo durante un gran tiempo, una inestabilidad social, que, una vez que concluya traerá consigo un nuevo paradigma de protección y garantismo de los derechos humanos de las mujeres mexicanas.
Así mismo, en Michoacán, se tendrá que seguir redoblando esfuerzos y seguir luchando, pues, a nivel federal, nos encontramos en los primeros lugares en violaciones a derechos humanos. Por ello, los movimientos feministas tendrán que exigir a los Poderes del Estado y sus Instituciones, que en verdad de comprometan a garantizar eficaz protección de los derechos humanos de las mujeres. Deberán dejar la simulación y el discurso político, pues, eso ya no funciona y las mujeres mexicanas ya no creen en esas palabras, quieren resultados.